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Un histórico acuerdo en Naciones Unidas logra proteger el 30% de los océanos

Por Santiago Campeni

Luego de muchos años de trabajo en Naciones Unidas, diversos países han acordado proteger el 30% de los océanos en un marco regulatorio sin precedentes. Para conocer más del tema entrevistamos a Milko Schvartzman, especialista en conservación marina y responsable del programa de conservación y pesca del Círculo de Políticas Ambientales.

¿Qué establece el acuerdo?  

“El acuerdo viene a poner un orden en la explotación de los recursos vivos que componen la biodiversidad en altamar, donde hoy había un vacío. Actualmente existe la Convención de las Naciones Unidas Sobre el Derecho del Mar, pero no regula tan en detalle la pesca en jurisdicciones internacionales. Este acuerdo viene a traer orden en esta materia y su principal espíritu es la protección de las zonas del mar internacionales. Teniendo en cuenta la necesidad de proteger estas zonas, que son patrimonio de la humanidad, y que su explotación debe ser sustentable, este acuerdo brinda las herramientas para que se controle y proteja esta vasta área del planeta, que es el 43% del mundo. Hoy el alta mar era la ley de la selva, eso con este acuerdo llegó a su fin.”

¿Alcanza con proteger el 30% de los océanos? 

“La realidad es que no alcanza, debemos proteger el 100%. Lo que diferencia en este 30% es el nivel de protección. Este número es un objetivo que se busca proteger en las tierras continentales y las aguas, para darle un amparo mayor a la naturaleza a la que le debemos dar. Por ejemplo, si protegemos el 30% de los océanos, lo que sería un gran logro, eso no quiere decir que en el resto de las aguas podamos contaminar, sobrepescar, etc. Se requiere el 100%, pero en algunas regiones es necesario tener un nivel de protección mayor, como por ejemplo restricciones a algunas actividades extractivas como la pesca. Si bien el objetivo es el 30%, y lo que se busca es que esta meta sea efectiva, este tratado busca proteger todos los océanos, ya que obliga a que se realicen análisis de impacto ambiental antes de realizar actividades exploratorias o de explotación, algo que antes no existía.”

¿Qué dificultades podría traer la implementación del acuerdo? 

“La primera dificultad sería que se demore mucho en la ratificación de los 60 estados mínimos que se necesitan para que el acuerdo entre en vigor. Cuanto antes se ratifique esto sería una dificultad menos. Una vez entrado en vigor, hay varios puntos del tratado que quedan a consideración de los estados que van a realizar la explotación. Por ejemplo, el acuerdo deja en manos del estado de bandera de la embarcación que va a realizar una explotación, el estudio de impacto ambiental. Sin embargo, existirá un observancia externa por parte de otros organismos, que dificultará que los estados no cumplan con su parte.”

¿Qué beneficios traería el acuerdo? 

“Los beneficios serían para toda la humanidad y para todos los seres que vivimos en el planeta. Tengamos en cuenta que los océanos generan más del 50% del oxígeno que respiramos, regulan el clima, absorben CO2, calor. Sin los océanos el efecto del cambio climático sería mucho más intenso. Luego otro gran beneficio sería la implementación de áreas marinas protegidas en aguas internacionales, además de exigir evaluaciones de impacto ambiental previas a explotaciones de recursos en el mar. También establece que el aprovechamiento de los recursos genéticos marinos, deberá ser compartido entre las diferentes naciones. Esto significa que los beneficios económicos, comerciales y científicos de los descubrimientos en altamar, van a beneficiar a toda la humanidad y no solo a unos pocos países. Estos son los puntos positivos que traería entre muchos otros.”

¿Qué rol tiene Argentina en el acuerdo? ¿Ayudaría a evitar lo que pasa en la milla 200 en el país?

“El rol de Argentina es importante. Somos un país con amplia costa, que siempre ha tenido una participación activa en este tipo de acuerdos. En los principios de este tratado el país tuvo un rol muy activo en materia de conservación, pero en los últimos años su rol fue un poco más opacado. Teniendo en cuenta lo que pasa en la milla 201, o fuera de la jurisdicción nacional, este acuerdo tiene implicaciones importantísimas. Argentina podría tener un rol muy importante si nuestros gobernantes deciden y tienen la voluntad de conservar nuestro mar utilizando herramientas como este tratado. Por ejemplo, el texto establece la posibilidad de crear áreas marinas protegidas, fuera de las jurisdicciones nacionales. También se podría avanzar en un acuerdo entre los países que operan en el Atlántico Sur, para ordenar la actividad descontrolada pesquera que sucede en la región. Este acuerdo brinda la posibilidad de ordenar lo que ocurre en la milla 201, asegurando la conservación de la zona. El acuerdo brinda infinitas posibilidades, ahora queda en manos de Argentina, ratificar y tomar iniciativas para evitar el colapso de lo que ocurre en el Atlántico Sur.”