Por Juana D.D.
El 11 de enero de 2023 la Organización Panamericana de la Salud publicó una alerta epidemiológica: “Ante la creciente detección de focos de influenza aviar altamente patógena en aves registrada en 10 países de la Región de las Américas, y la reciente confirmación de la primera infección humana de influenza A(H5) en América Latina y Caribe, la OPS/OMS reitera las orientaciones sobre la vigilancia, el diagnóstico por laboratorio en muestras humanas y animales y la investigación. La OPS/OMS recomienda fortalecer la vigilancia de la enfermedad respiratoria en las poblaciones animal y humana, la investigación exhaustiva de todas las infecciones zoonóticas y la planificación de la preparación ante influenza pandémica.”
El virus primero se encontró en aves salvajes, lo que hizo prender la alarma porque podrían contagiar a las aves criadas para consumo humano.

El miércoles 1 de marzo se confirmó el primer caso positivo en aves de corral y Argentina perdió temporalmente su estatus de «libre de gripe aviar». Esto significa que, para cumplir con las normas internacionales, el país decidió suspender la exportación de productos avícolas.
En los datos y cifras de la OMS se encuentran estos dos puntos:
- Los virus de la gripe aviar y porcina y otros virus gripales de origen zoonótico pueden afectar a los humanos, causando enfermedades que van desde infecciones leves de las respiratorias superiores (fiebre y tos) hasta neumonía, choque séptico, síndrome de distrés respiratorio agudo o incluso la muerte. También se han descrito grados variables de conjuntivitis, síntomas gastrointestinales, encefalitis y encefalopatía, dependiendo del subtipo de virus.
- La mayoría de los casos de infección humana por los virus A(H5N1) y A(H7N9) se han relacionado con el contacto directo o indirecto con aves de corral infectadas, vivas o muertas. El control de la enfermedad en los animales es fundamental para reducir el riesgo para el ser humano.
Entonces, ¿cuánto tiempo más vamos a seguir siendo causantes de epidemias y enfermedades? Tres cuartos de las enfermedades infecciosas emergentes resultan de la explotación de animales por su carne, leche, huevos y pieles, los virus emergen en mercados de animales vivos y en la suciedad de las granjas industriales, y continúan expandiéndose desde los animales hacia las personas alrededor del mundo. Y todo esto por la satisfacción del consumo humano.
Volviendo a la indicación anterior de la OMS: “El control de la enfermedad en los animales es fundamental para reducir el riesgo para el ser humano.”, en este caso el control es sacrificar a todas las gallinas infectadas porque ya no “sirven”.
La semana pasada un establecimiento en Mainqué, provincia de Río Negro, registró la muerte de 220 mil gallinas por la infección sumado al “despoblamiento sanitario”, es decir aquellas aves que fueron sacrificadas para evitar la propagación de la enfermedad, en la localidad de Mar del Plata, otra granja de las mismas características reportó el deceso de más de 20.000 aves.
Según el protocolo vigente, al lugar en que se detecta el virus se lo declara “zona de foco” y se bloquea por completo. “Se elimina el 100% de la producción: pollo, huevo, lo que sea. Hay que hacer enterramiento y encalado, obviamente que se impermeabiliza el pollo para no contaminar las napas, se tapa con tierra y se encala con cal viva. Terminado ese proceso la granja queda bloqueada por dos períodos de incubación”
La industria ganadera facilita las cosas a los virus al proporcionarles granjas, “les da una segunda oportunidad” de transmitirse a las personas al reducir los espacios naturales del mundo para cultivar alimentos para engordar a los animales de granja. Hacen esto porque la industria ganadera necesita mucha más tierra que la agricultura a base de plantas, y esta se toma de la naturaleza.
Somos responsables de criar, capturar, amontonar y asesinar a una escala inimaginable, y en este mismo momento en todo el mundo, miles de millones de animales se encuentran apiñados dentro de cobertizos sucios en granjas industriales. Enfermos y débiles, viven en condiciones miserables que constituyen la base de las enfermedades infecciosas. Y la raíz del problema es la alimentación industrializada que adquirimos.
Adoptar una alimentación a base de plantas no sólo puede ayudar a prevenir futuras pandemias, sino que también nos puede ayudar como individuos si nos enfermamos como resultado de ellas.