Por Santiago Campeni
Como si de una película de ciencia ficción se tratara, en Europa escasea el recurso quizás más importante para sustentar la vida en la tierra, el agua. Actualmente varios países del viejo continente experimentan olas de calor sin precedentes, alcanzando temperaturas históricas como lo sucedido en Londres el pasado julio, cuando se alcanzaron los 40,2°C. Estos fenómenos climáticos vienen acompañados de una escasez de precipitaciones a lo largo de todo el continente que genera que actualmente Europa está experimentando una de las sequías más importantes de toda su historia.

Francia, Gran Bretaña, Italia, España, Portugal y Países Bajos son solo algunos de los países afectados que han decidido tomar medidas frente a esta situación, limitando el uso del agua, para las diversas actividades de consumo. En Francia ya son 100 los municipios, que no tienen una sola gota de agua en sus redes de distribución, por lo que el Gobierno de este país ha tenido que enviar camiones cisterna para abastecer a los ciudadanos del recurso. Debido a esta situación de crisis en el país galo han conformado un comité de crisis interministerial para enfrentar la sequía. El ministro para la transición ecológica ha declarado «Estamos en un contexto inédito, nunca hemos vivido una sequía como ésta. Y la mala noticia es que, por lo que vemos, no hay motivos para pensar que vaya a parar».
En Italia la situación es más extrema en el norte del país, que sufre la peor sequía de los últimos 70 años. Se ha pedido a más de 100 ciudades que limiten el consumo de agua, con medidas como el racionamiento de agua para regar campos, la prohibición de llenar piscinas y regar jardines privados y cortes de suministro nocturnos, además se ha declarado en emergencia a cinco regiones del país hasta finales del año. La sequía afecta a ríos que son utilizados para el riego de los cultivos, lo que comprometería las cosechas y parte de la economía del país.
Países Bajos, nación que tiene gran parte de su territorio bajo agua, tampoco ha podido escapar a la crisis hídrica. Las autoridades de este país han solicitado que la gente tarde menos en bañarse, que no rieguen sus jardines y que no laven los autos. Medidas similares se han tomado en países como Gran Bretaña, España particularmente en regiones como Cataluña, Galicia y Andalucía, entre otros.
Los efectos en la agricultura no se limitan solo a Italia, En Portugal, país que ha enfrentado gran cantidad de incendios además de la sequía que experimenta todo el continente, La asociación para el riego agrícola de las ciudades de Silves, Lagoa y Portimão, en el sur del país, ha tenido que elaborar un plan en el que los agricultores deben reducir a la mitad el riesgo de algunos cultivos. Otro país afectado igualmente por los incendios ha sido España, que enfrenta la peor sequía desde 1961. Si bien el país es el tercer productor agrícola de toda Europa, podría ver en riesgo todas sus cosechas por efecto de la sequía, ya que el 70% del agua potable se destina a riego en este país.

Si bien la tierra, podría llamarse tranquilamente el planeta agua, ya que el 70% de su superficie está cubierta por este líquido, sólo el 3% del agua es dulce, y de ese porcentaje solo una pequeña parte se encuentra disponible para consumo humano. Ante una situación tan grave como la que está atravesando el viejo continente, cabe preguntarse cómo se ha llegado a este punto.
Al problema actual se lo ha alcanzado por distintos caminos, uno de ellos es un problema de consumo. Mientras que el consumo recomendado por la OMS por persona diariamente es de 50 litros, en Europa el consumo promedio por persona día a día es de 128 litros, es decir que se utiliza más de 100 veces más de lo recomendado. El aumento del consumo en un contexto de cambio climático, que genera menores precipitaciones y un aumento en la intensidad y duración de las olas de calor, que son el escenario ideal para otros desastres como los incendios forestales, las reservas hídricas disponibles se reducen. Al aumentar la temperatura el consumo hídrico se dispara, ya que la gente debe hidratarse más veces y el problema no hace más que retroalimentarse.
La problemática del cambio climático y los problemas de escasez de agua ya no son un temor a futuro, son hoy, y deben ser enfrentados con políticas efectivas urgentemente. Si países desarrollados como son en su mayoría los europeos, con robustos sistemas de saneamiento enfrentan estos problemas, que le queda esperar a países latinoamericanos o del continente africano.
Para finalizar, una problemática que no se ve a simple vista con la falta del recurso hídrico, es la aparición de conflictos bélicos. Para mencionar un ejemplo, en Siria, país que enfrenta una guerra civil desde hace más de 11 años, uno de los desencadenantes del enfrentamiento armado, además de las claras causas religiosas y políticas, ha sido una sequía. En los años anteriores al levantamiento contra el presidente Sirio, la falta de lluvias y el menor flujo de los ríos, generó pérdidas enormes en los cultivos, obligando a un millón y medio de personas a desplazarse a los centros habitados. Esto fue parte del caldo de cultivo que nutrió a organizaciones como ISIS.